martes
Alí Farka Touré, la tenacidad del bluesman
Alí Farka Touré nació en Malí en 1939, en la aldea de Kanau, región de Toumbuctú. Fue el décimo hijo de su madre, pero el único que sobrevivió a la infancia. Su apodo Farka significa asno, que es un animal muy considerado por su tenacidad.
Alí apenas fue a la escuela y se dedicó desde niño al cultivo en el campo, lo cual no le impidió desarrollar un gran interés por la música, especialmente por los instrumentos tradicionales de Malí, como el gurkel, pequeña guitarra de una cuerda, la flauta peul o el gnoni, un laúd de cuatro cuerdas.
En 1956 quedó impresionado cuando vio actuar al músico guineano Keita Fodeba lo que le hizo decantarse por la guitarra como instrumento.
En 1960, durante una visita a Bamako, con motivo de la independencia de Malí, de Ray Charles, Otis Redding y John Lee Hoocker, Alí Farka Touré conoció la música afroamericana. Al principio pensó que Hooker tocaba música de Malí, alguien le dijo que eso era blues, entonces se dio cuenta de que esa música venida de Estados Unidos tenía unas profundas raíces africanas. Esto le dio el ímpetu necesario para incorporar elementos propios en las actuaciones de su grupo La Trouppe 117.
Viajó por primera vez fuera de Malí, en 1968, para representar a su país en un festival que tuvo lugar en la ciudad de Sofía, Bulgaria.
En la década de los setenta se instaló en Bamako donde trabajó de técnico de sonido en Radio Malí. Esto le posibilitó escuchar mucha música occidental, en especial la música negra americana, soul, funk, blues, jazz. En 1976 publicó su primer disco, Farka, en la compañía francesa Son Afric y comenzó a dar conciertos por toda África occidental. Todo esto aumentó su interés por el blues, al que encontraba grandes afinidades con la música africana. Fue el primer intérprete de blues africano que logró una gran popularidad en todo el continente. Tocaba con varias superposiciones de guitarras y ritmos. Cantaba habitualmente en lenguas africanas como songhai, fula y tamacheck.
En los ochenta se trasladó a la localidad de Niafunké donde compro unas tierras y se dedicó a cultivarlas, «en mi pueblo y en mis tierras, a la orilla del Níger. Es la única experiencia que me llena de paz y me reconcilia con la tierra».
Alí Farka Touré sedujo a una parte del público occidental desde que comenzó a grabar, en 1990, para el sello británico World Circuit, su álbum “The River”. "Yo canté temas relacionados con el trabajo, la educación y la paz. Mi música es auténticamente Malí, africana".
En 1991 grabó su disco “Radio Malí”. Farka Touré adquirió prestigio internacional cuando grabó “Talking Toumbuctú” con Ry Cooder y obtuvo un premio Grammy, en 1994. Antes, en 1991, había grabado con Taj Majal en el disco “The Sources“.
En 1999 grabó “Niafunké” que suponía un regreso a las raíces de la música tradicional africana: "Esta grabación es más verdadera, más auténtica. Fue registrada en el lugar mismo del que surge la música que interpretamos: el Malí profundo. La tocamos en medio del paisaje que la inspiró, y que a su vez nos inspiró a mí y a los músicos. Mi música da cuenta de dónde vengo y de nuestro modo de vivir, y está llena de claves nuestras, africanas. En Occidente quizás esta música se tome sólo como un pasatiempo; no creo que haya allí mucha gente que la entienda. Pero confío en que algunos se tomen el trabajo de escucharla y que aprendan de ella".
En 2.004 fue nombrado alcalde Niafunké y con su propio dinero asfaltó carreteras, construyó varios canales y puso en marcha un grupo electrógeno para proporcionar electricidad a su pueblo y publicó “Red/Green”, una recopilación de temas suyos de los años comprendidos entre 1.997 y 1.988. En el 2.005 grabó junto a Toumani Diabaté (Kora) el álbum “In The Heart of the moon”, con el que consiguió su segundo premio Grammy.
El 7 de marzo de 2.006, a los 67 años, murió de cáncer uno de los hombres más queridos y respetados de Malí, el bluesman ejemplo de tenacidad y dignidad.
viernes
Jaco Pastorius. “El mejor bajista del mundo”
Hacia el final del verano de 1975 Jaco volvió a su casa en Fort Lauderdale. Fue en esta época cuando le “descubrió” Bobby Colomby, el baterista de Blood, Sweat & Tears. Gracias al gran éxito de BS&T, Steve Popovich, jefe de nuevos talentos de Epic Records, le ofreció a Colomby un contrato de producción. “Simplemente me dijo que publicaríamos cualquier cosa que me apeteciese producir –explica Colomby- seguro que esperaba que apareciese con un grupo pop como BS&T, pero en vez de eso encontré a Jaco”. Colomby estaba en Fort Lauderdale para una semana de actuaciones en Barchelors III con BS&T cuando, gracias a una serie de casualidades del destino, acabó teniendo su primer encuentro cara a cara con Jaco. Así lo recuerda:
“Una tarde estaba caminando por la playa cuando vi a una rubia increíble. Me dejó conmocionado. Así que me acerqué a ella, me presenté y entablé conversación, intentando ligármela. Al principio quise impresionarla diciéndole que era el baterista de BS&T a lo que ella me respondió “Ya lo sé, soy camarera en el Barchelors III”. Así que pasé a la siguiente pregunta: “¿Estás casada?”. Y me dijo: “Si, mi marido es el mejor bajista del mundo”. Al principio pensé que solo era una esposa apoyando a su marido e imaginé que el tío sería probablemente un bajista mediocre, pero decidí complacerla de todas maneras, más que nada porque era muy guapa. Así que le dije:”Pues yo soy músico y productor, y me gustaría oír a ese marido tuyo”
Tracy acordó que Jaco iría al Barchelors III la tarde siguiente a ver a Colomby. El productor todavía recuerda la entrada de Jaco ese día:
“El tío entró en el club descalzo, con el bajo y una pelota de baloncesto bajo un brazo, y me dijo: “Soy Jaco, el marido de Tracy”. Le miré y le dije: “Ah, entonces tú eres el mejor bajista del mundo, ¿no? Es un placer”. Nos dimos la mano y les pedí a los técnicos que prepararan un amplificador para ver cuan bueno era ese tío. Créeme, estaba esperando reírme a carcajadas. Pero Jaco enchufó el bajo y se puso a tocar. Me senté a escucharle. Los ojos se me salieron de las órbitas y el vello se me puso de punta. Había escuchado a cientos de bajistas hasta el momento, pero ninguno de ellos se acercaba ni por asomo a la facilidad que esa tarde Jaco demostró tener. No bromeaba, ¡el mejor bajista del mundo!”
Tema: "Retrato de Tracy" Montreaux 1.976
Un año más tarde Jaco le dijo al periodista Neil Tesser para un artículo titulado El Flash de Florida en el número de enero de 1977 de la revista Down Beat:
“Probablemente la gente Epic se acabó llevando un poco más de dinero del que habían imaginado cuando me contrataron. Sabían que tenían a alguien que podía tocar muy bien el bajo, pero no sabían que también tenían a un compositor.
Se trata de mucho más que simplemente tocar las notas. Es decir, un chimpancé podría aprender a hacer lo que yo hago, físicamente, pero se trata de algo que va más allá. Cuando interpretas música, interpretas la vida”.
Extracto del libro “Jaco Pastorius. La extraordinaria y trágica vida del mejor bajista del mundo” de Bill Milkowski. Alba Editorial. Barcelona 2.007
“Una tarde estaba caminando por la playa cuando vi a una rubia increíble. Me dejó conmocionado. Así que me acerqué a ella, me presenté y entablé conversación, intentando ligármela. Al principio quise impresionarla diciéndole que era el baterista de BS&T a lo que ella me respondió “Ya lo sé, soy camarera en el Barchelors III”. Así que pasé a la siguiente pregunta: “¿Estás casada?”. Y me dijo: “Si, mi marido es el mejor bajista del mundo”. Al principio pensé que solo era una esposa apoyando a su marido e imaginé que el tío sería probablemente un bajista mediocre, pero decidí complacerla de todas maneras, más que nada porque era muy guapa. Así que le dije:”Pues yo soy músico y productor, y me gustaría oír a ese marido tuyo”
Tracy acordó que Jaco iría al Barchelors III la tarde siguiente a ver a Colomby. El productor todavía recuerda la entrada de Jaco ese día:
“El tío entró en el club descalzo, con el bajo y una pelota de baloncesto bajo un brazo, y me dijo: “Soy Jaco, el marido de Tracy”. Le miré y le dije: “Ah, entonces tú eres el mejor bajista del mundo, ¿no? Es un placer”. Nos dimos la mano y les pedí a los técnicos que prepararan un amplificador para ver cuan bueno era ese tío. Créeme, estaba esperando reírme a carcajadas. Pero Jaco enchufó el bajo y se puso a tocar. Me senté a escucharle. Los ojos se me salieron de las órbitas y el vello se me puso de punta. Había escuchado a cientos de bajistas hasta el momento, pero ninguno de ellos se acercaba ni por asomo a la facilidad que esa tarde Jaco demostró tener. No bromeaba, ¡el mejor bajista del mundo!”
Tema: "Retrato de Tracy" Montreaux 1.976
Un año más tarde Jaco le dijo al periodista Neil Tesser para un artículo titulado El Flash de Florida en el número de enero de 1977 de la revista Down Beat:
“Probablemente la gente Epic se acabó llevando un poco más de dinero del que habían imaginado cuando me contrataron. Sabían que tenían a alguien que podía tocar muy bien el bajo, pero no sabían que también tenían a un compositor.
Se trata de mucho más que simplemente tocar las notas. Es decir, un chimpancé podría aprender a hacer lo que yo hago, físicamente, pero se trata de algo que va más allá. Cuando interpretas música, interpretas la vida”.
Extracto del libro “Jaco Pastorius. La extraordinaria y trágica vida del mejor bajista del mundo” de Bill Milkowski. Alba Editorial. Barcelona 2.007
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