Art Tatum (1909-1956) nació en el seno de una familia de músicos aficionados. Aquejado de una ceguera casi total, ingresa con trece años en un instituto de Columbus para estudiar violín y piano. Con dieciséis años empieza a tocar en clubes y dos años después, en 1928, ya como profesional, es contratado por una emisora de radio que le daría una reputación extraordinaria como músico, aun sin salir de Ohio, su ciudad natal. En 1932 se trasladó a Nueva York para acompañar a la cantante Adelaide Hall y, al año siguiente, graba para el sello Brunswick sus primeros éxitos a piano solo que causaron auténtica sensación. Tatum fue contratado durante los siguientes cinco años en los más importantes clubes de jazz. Su fama como el mejor pianista de la historia del jazz ya estaba consolidada entre público y crítica y, por supuesto, entre sus colegas músicos que lo respetaban y veneraban de una forma extraordinaria. En 1943, Tatum forma un extraordinario trío con el guitarrista Tiny Grimes y el bajista Slam Stewart. En 1944, Tatum interviene en el célebre concierto organizado por el Metropolitan Opera House de New York para la revista “Esquire”, junto a Louis Armstrong, Billie Holiday y Coleman Hawkins, entre otros. En 1953, firma un contrato con Norman Granz y graba en menos de tres años, un numero impresionante de discos en solitario o rodeado de algunos de los mejores músicos del momento. Con su salud muy deteriorada el 4 de noviembre de 1956 es ingresado en el “Queen Of Angels Hospital”, donde fallecería una semana más tarde. Contaba cuarenta y seis años de edad. Art Tatum, ha quedado para la historia del jazz como el más impresionante pianista de todos los tiempos.
2 comentarios:
Art Tatum es uno de mis pianistas favoritos de siempre. Gracias por recordarlo. Hace tiempo que no lo escucho. Mañana busco discos suyos que tenga en casa y lo pongo.
Un abrazo.
Art Tatum es además de un virtuoso es un tipo coon una gran sensibilidad. Para mi es un descubrimiento reciente y muy celebrado. Cuando me pasan cosas así, es un verdadero placer, por eso el jazz es cajón de sorpresas agradables.
Saludos Esther.
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